La última vez que Paula Perassi fue vista con vida fue el 18 de septiembre de 2011 cuando a la noche estaba en su casa, recibió una llamada, y salió de su casa. Nunca más volvió. A partir de ese momento se fue tejiendo un entramado de encubrimiento y silencio , con la complicidad del poder político en sus distintos niveles y la policía.
El cuerpo de Paula Perassi nunca fue encontrado, y la justicia solo cubrió con un manto de impunidad el caso, al absolver a la mayoría de los imputados de la causa.
El caso es emblemático, porque puso de manifiesto un entramado de poder, corrupción y negocios ilegales, en la zona del polo agroexportador más importante de la Argentina.
Cómo siempre denuncia Alberto, su padre, “en San Lorenzo, Santa Fe, Argentina, hay una banda organizada capaz de hacer desaparecer gente sin dejar rastros…”
El reclamo desde el primer día de su familia por encontrar la verdad, la justicia y a Paula, se amplificó de la mano del protagonismo del movimiento de mujeres del que formamos parte, recorriendo un camino que permitió visibilizar la impunidad que reinó desde el inicio en la causa por su desaparición.
Con la lucha se logró que la Sala I de la Cámara de Apelaciones de Rosario revocara parcialmente el fallo de primera instancia que había absuelto a todos los acusados por la desaparición de Paula Perassi y resolvió condenar al empresario Gabriel Strumia y a su mujer Roxana Michl a 17 y 7 años de prisión, respectivamente, por la desaparición de Paula.
Decimos: “El Estado es responsable”, porque solo con la logística del Estado se puede desaparecer personas sin dejar rastros; porque sólo con el poder del Estado se puede garantizar el más perverso de los silencios y garantizar la impunidad.
Para que se haga efectiva la consiga Ni Una Menos necesitamos que se declare la Emergencia en Violencia hacia las mujeres ya!
Sin Paula no hay ni una menos. Sin Paula Perassi no hay Nunca Más.