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25 de agosto de 2021

Los ganadores  Soberanía económica 

Luciano Orellano: Agroexportadoras, bancos y terratenientes son los que ganaron en medio de la pandemia

Según   los   números  de   la   Revista  Mercado  publicada  en   junio   2021   (que corresponden   al   ejercicio    2020),   cuando   observamos   los    datos   de    las exportadoras en el “ranking de las 1.000  que  más venden”  vemos que, pandemia de  por  medio  y en  el peor  año  en  lo que  va  del  siglo XXI,  estas han  tenido  un crecimiento […]

Según   los   números  de   la   Revista  Mercado  publicada  en   junio   2021   (que corresponden   al   ejercicio    2020),   cuando   observamos   los    datos   de    las exportadoras en el “ranking de las 1.000  que  más venden”  vemos que, pandemia de  por  medio  y en  el peor  año  en  lo que  va  del  siglo XXI,  estas han  tenido  un crecimiento exponencial, obsceno, nunca ganaron y crecieron tanto.

El caso más paradigmático es el caso de AGD del grupo  Urquía, “la otra  Vicentín”, que subió del puesto N°7 al N°4 del ranking  de las 1.000  que más vendieron. Casi duplicó  su facturación,  llegando  a  $280.340 millones.  A esto hay  que  sumarle otras unidades de negocios como Terminal  6, que tuvo una facturación de $24.391 millones.   Como    si   esto  fuera    poco    este  grupo,   asociado  a   la   empresa norteamericana Bunge, posee Guide  y son, junto  a  Molinos Río de  La Plata  del grupo  Pérez   Companc, y a  Arcor, los  que  tienen  un  peso importantísimo en  la formación de los precios monopólicos en las góndolas.

El caso más emblemático es   el  precio   del  aceite comestible  que  nos  venden en  las  góndolas  a  precio internacional. Los argentinos pagamos el litro de aceite más caro  del mundo. Este grupo  que  creció   es  “la otra  Vicentín”: tiene  puerto propio,  aduana,  ferrocarril, tierras, con más de 200.000 hectáreas de campos propios o arrendados, que opera con paraísos fiscales, presta servicios de asistencia técnica, provisión de semillas, fertilizantes y agroquímicos a más de 6.000  productores, produce harinas, pellets, aceites vegetales,  biodiesel,  bioetanol,  glicerina  refinada.

Se  dedica también  a la explotación  agrícola  ganadera de  comercialización  de  cereales.  Este  grupo   se enriqueció  pactando  con  la  dictadura,  con   Menem,  con  Macri,  con  todos los gobiernos,  poniendo  huevos en  todas las  canastas en  cada proceso electoral. Participaron de la gran  estafa a los chacareros y al Estado en el 2008  por $1.500 millones, lo que fue denunciado por un amplio espectro político en su momento. Este crecimiento no es menor  en otras empresas.

La francesa Dreyfus subió del  puesto N°24  al N°7, siendo la empresa que  más facturó en Argentina.  Triplicó su facturación: llegó a $250.600 millones.

En el puesto N°8 está la empresa estadounidense Cargill que  venía de estar en el N°15, subiendo 7  escalones. Casi duplicó  su facturación, llegando a  $240.782 millones.

La estadounidense ADM Agro se mantuvo en el puesto N°17 con  una  facturación de $168.101 millones.

La empresa Viterra Argentina, ex Glencore, subió del puesto N°28 al N° 21. Esto es Glencore  a  través de  Oleaginosa Moreno, que  fueron  socios en  la  estafa a  los argentinos con  Vicentín  a  través de  su sociedad en  la  empresa Renova.  Como denunció  Carlos   del  Frade   sobre Vicentín,  veintisiete  personas,  ocho   de  ellas directivos de  la empresa y diecinueve integrantes del  Banco  de  la Nación  y del Banco  Central  de la República Argentina, entre  agosto de 2019  y enero  de 2020, a través de  1.418  transferencias bancarias, les robaron al pueblo  791  millones de dólares. Eso ya está comprobado en las causas penales que se mueven en forma paralela al extraño y curioso concurso preventivo de acreedores.

El Estado chino, que controla el 20% del comercio exterior  de Argentina  a través de la firma Cofco, es  tan oscuro que oculta los datos. Es la única  empresa que no da ningún dato  a la revista Mercado.

Planificación tributaria nociva del saqueo

Este crecimiento exponencial obedece a que  estas empresas fueron  beneficiarias porque se duplicaron los precios internacionales, en dólares, del maíz, soja, trigo y girasol.   Frente  a  una  economía mundial   que  se derrumbaba, las privilegiadas fueron  estas exportadoras, y el Estado argentino en concepto de  recaudación de retenciones.  El comercio  exterior   argentino  en  lo  fundamental  está en  manos extranjeras, son verdaderos enclaves coloniales. Tienen  “privatizado” al Estado, lo que se puede observar cuando en sus balances declaran ganancias mínimas, cero, o pérdidas. Cuentan con una maquinaria de planificación tributaria nociva: autodeclaraciones juradas, subfacturación, sobrefacturación, falsificación y adulteración  de  las  cartas de  porte,  triangulación,  contrabando con  el Paraguay, etc.   Todas  estas   empresas  tienen    domicilios   en   paraísos  fiscales.   En   lo fundamental, tienen  privatizada la soberanía argentina sobre las bases de datos de la Aduana, la AFIP, y la DGI.

¡ Y siguen de fiesta los Bancos!

Según  la revista Mercado, en el ranking  de  las 12 empresas que  en el 2020  más plata  ganaron,  8 son  bancos. Y si tomamos los  datos de  las  100  empresas que más ganaron, se desprende que bancos, aseguradoras, ART, representan el 50% de las beneficiarias. Es decir, la “timba”, el capital financiero, hizo el gran negocio con la pobreza y con el Estado argentino.

Según  cálculos privados, la intermediación financiera apoyada en el negocio de las Leliq (Letras de Liquidez)  arrojó  en 2020  intereses a las arcas de  los  bancos por unos  $65.000 millones mensuales.

Sus   ganancias  extraordinarias  tuvieron   su pico  durante el  macrismo,  pero   se mantuvieron en el medio  de la pandemia.

El sistema financiero argentino, privado  y en su mayoría extranjero, no tiene  como fin el desarrollo, el crecimiento, la defensa y creación del empleo. Tiene como fin la timba, la usura. Es de carácter parasitario.

Lo que siempre se esconde bajo la alfombra…

Por otro lado, de acuerdo al Censo Nacional Agropecuario 2018, son 6.140 terratenientes los  propietarios del 51% de  las tierras argentinas, que  a través del sistema  de  arrendamiento  (alquileres  de  sus campos) se quedan con  más de 10.000 millones de dólares por año en concepto de renta  parasitaria.

Riqueza récord, pobreza récord:  ¡ recuperemos lo nuestro!

La Argentina  es, desde el punto  de  vista formal, un país independiente: tenemos Escarapela, Bandera, Himno  Nacional, elegimos gobiernos por  el voto,  pero  los dueños verdaderos de la Argentina  son estos grupos empresarios poseedores de puertos,    territorios,    ferrocarriles,    aduana   propia,    industrias,    escandalosas ganancias y enormes fortunas con mecanismos por los cuales nunca se alcanzan a conocer a ciencia cierta.

Después de un año  de tremendos sufrimientos para  el pueblo  argentino, con  una pandemia de por medio,  con  una  caída del PBI del 10%, hubo  un incremento de la pobreza obsceno, llegando al 42,9% de la población. Como  si fuera  poco  un 10,5% está en  la indigencia y el 57,7% de  los  niños  menores de  14  años son pobres, siendo “últimos los niños”.

Los salarios cayeron por tercer año consecutivo, registrándose algo más del 7% en el 2020, con  un  acumulado a  marzo del  presente año  del  15,6% para  el sector privado   y  del  20,7%  para   el  sector  público.   Según   informó   la  Confederación Argentina  de  Mediana Empresa (CAME) durante el 2020  cerraron en todo  el país

90.700 locales y 41.200 Pymes, lo  que  generó que  unos   185.300 trabajadores quedaran afectados.  Se  registró  un  3% de  caída del  empleo  formal,  43%  del informal, así como el empleo independiente registró una  baja  del 27%. De casi 4 millones de personas que  perdieron su fuente de trabajo, el 86% tenía  un empleo informal  o independiente.

La inflación, menor a la de 2019 del 53,8%, fue también alta, con un 36%, siendo los rubros más afectados los  alimentos y bebidas sin alcohol   (42%), recreación y cultura  (48%) y prendas de vestir y calzado (60%).

Por  eso  afirmamos que  tenemos una  Argentina  profundamente desigual, que  no nos pertenece, que nos han robado, que nos duele hasta los huesos.

Por eso  soñamos con  descolonizar esta querida patria  y que  el pueblo  alguna vez reine soberano sobre sus riquezas y pueda poseerlas, administrarlas, organizarlas, planificarlas, y que  fluyan  los manantiales de  las riquezas para  la  felicidad  del pueblo, y que el Estado argentino no delegue estas tareas.

¡Hoy es más necesario que nunca recuperar nuestra soberanía popular!

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