El “ecocidio” que se está cometiendo hace más de dos años, con la quema en las islas del Delta del Paraná y que impulsó a cientos de jóvenes a luchar y exigir una ley de humedales, tiene a sectores concentrados de la economía argentina muy preocupados haciendo lobby para que la Ley no se apruebe, ya que en las islas hay inversiones que van desde proyectos inmobiliarios hasta la transformación del Humedal en zona sojera y ganadera.
¿Pero quiénes son los dueños del fuego?
Una de las identificadas es la firma COPRA S.A., empresa ganadera cuyo titular es el empresario José Antonio Aranda, uno de los principales accionistas del Grupo Clarín, y socio en varios emprendimientos del multimillonario George Soros, el magnate húngaro-estadounidense conocido mundialmente por sus fraudes financieros y dueño de grandes extensiones de tierra en Argentina, particularmente en Santa Fe de la mano de la firma Adecoagro. Aranda en Corrientes es un gran terrateniente que posee 40.000 hectáreas.
No es un dato menor que sea socio de George Soros, uno de los mayores terratenientes extranjeros de la provincia de Santa Fe, con miles de hectáreas en los departamentos Garay y General López. Están acostumbrados a llevarse todo por delante para mejorar su renta, como hizo Aranda cuando inundó los campos de la provincia de Corrientes para la producción de arroz, lo que ocasionó el desplazamiento de las comunidades que allí habitaban. Las consecuencias de la monumental obra podrían haber sido la desaparición de bosques en galería a lo largo de 137 kilómetros y de numerosas especies nativas.
Los herederos de Rufino Pablo Baggio, de la empresa famosa por producir jugos de manera industrial, también son señalados como responsables de las quemas en las Islas. En Julio del 2020 la justicia citó a María Cristina Castiglione, Rufino Pablo Baggio (hijo) y Aníbal Baggio, radicados en Gualeguaychú. Todos tienen varias parcelas y espacios en la zona de los humedales de Victoria, y varios de los terrenos que están frente a Rosario prendidos fuego son propiedad de los hermanos Baggio. Pero esto no queda solo ahí. El año pasado a través de los “Pandora Papers” se conoció que la familia Baggio tiene una empresa off shore en las Islas Vírgenes llamada LSH Global Ltd., que sufrió la “desaparición” de siete millones de dólares. Esta empresa off shore había quedado a nombre de Juan Alejandro Baggio, y es el acusado de vaciar la cuenta, por lo que la familia se encuentra sumida en un escándalo legal y mediático.
Otro de los sospechosos es el propio Intendente de Victoria, Domingo Maiocco. En estos días, desde el Ministerio de Ambiente de la Nación señalaron como responsables de los incendios a familiares del Intendente. Lo mismo sucede con Manuel Passaglia, de San Nicolás de los Arroyos. El intendente de Juntos por el Cambio es señalado como dueño de los campos incendiados frente a la costa del partido de San Nicolás. A pesar de que lo negó públicamente, siguen las sospechas sobre la propiedad de esos terrenos.
En 2020, el año en que las quemas crecieron exponencialmente, en el Concejo Deliberante de Victoria se aprobaba el proyecto del grupo ganadero/inmobiliario La Carolina S.A para llevar adelante un emprendimiento inmobiliario en las islas. Esteban Hernández, presidente de la empresa, lo explicaba así al Diario La Capital: “Este es un pedido que presentamos hace tres años en el Concejo de Victoria, no lo llevamos hoy, y fue elaborado cumpliendo toda la normativa que establece el Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná, conocido como Piecas, firmado por la Nación con las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires”. El proyecto comprende un loteo de sesenta unidades de 2.950 metros cuadrados cada una, en una extensión de cuarenta hectáreas que la empresa posee en la costa frente a Granadero Baigorria, según detalló Hernández, presidente también de la Fundación Apertura. La Fundación es activa participante del lobby agrario en la región, con relaciones con La Bolsa de Comercio de Rosario y sus principales actores.
Ya están identificados los responsables, ya son millones de habitantes quienes sufren las consecuencias de los incendios, y es incontable la pérdida de flora y fauna. El Humedal es fundamental para la purificación del agua de nuestro río Paraná, agua que consumimos todos los días, y es fundamental para la supervivencia de cientos de especies y seres vivos.
Nuestro Paraná y el Humedal son atacados por esos mismos intereses contrarios a que la Argentina recupere sus riquezas para poder ser libre y soberana. Además de la salud de millones de compatriotas, está en juego un modelo productivo que deja millones de pobres y solo beneficia a un puñado de empresarios y multinacionales extranjeras.
¡Queda demostrado que para terminar con este “ecocidio” se necesitan voluntad y decisión política!