En el discurso grabado del presidente Macri que se emitió esta mañana, se pudo escuchar por un lado el reconocimiento de que la economía está en estado de “emergencia” (contrario al relato que venía sosteniendo Cambiemos de “algunas turbulencias y tormentas pasajeras”) y por otro lado nuevamente el pedido de que “todos tenemos que ceder en algo si queremos avanzar”
También aseguró Macri que se profundizará el ajuste para “acelerar el achicamiento del déficit” y que «hay que hacer un nuevo esfuerzo»

En esto hay dos cosas fundamentales que el gobierno decide no decir, pero que explican gran parte de la desesperante situación que vive la Argentina y que ahora ellos mismos aseguran que va a empeorar.

¿Porque “no alcanza” la plata para cubrir los gastos del país? ¿A dónde irá la plata que se consiga de préstamos del FMI y “ahorro” fiscal?
Por un lado se oculta que la falta de recursos del estado está atada directamente a las políticas que implementó el gobierno desde su llegada para mejorar las ganancias de un puñado de monopolios extranjeros exportadores y grupos económicos concentrados (terratenientes, cerealeras, petroleras, energéticas, mineras) como la devaluación permanente, la quita de retenciones, los tarifazos, o los subsidios redireccionados hacia estas empresas.

Y por el otro lado habla de “achicar el déficit” (lo que implica más despidos en el estado, cierre de dependencias clave, clausura de empresas estatales, y anulación de programas y beneficios para grandes sectores de la sociedad) para cumplir con las metas del FMI y así conseguir nuevos préstamos.

¿Pero para que es esa plata? ¿Para mejorar o reponer las políticas sociales eliminadas? ¿Para generar más trabajo, producción nacional y reactivar la actividad económica?

No. Esa plata es la que necesita para seguir bancando la fiesta de la timba financiera de los fondos internacionales amigos (Deutche Bank, JP Morgan, etc), y para pagar los siderales intereses de la deuda que creció como nunca en la historia mientras estos mismos fondos usureros apostaban a prestarnos para hacer grandes negocios.

Ahora quieren cobrar a cualquier costo. Y si eso implica un ajuste aún más feroz, no les importa, ni al gobierno tampoco.
Para seguir con la bicicleta financiera que atenta contra la producción genuina y el empleo, para poder aumentar la renta parasitaria de los sectores oligárquicos de siempre, para facilitarle los negocios y la fuga de capitales a los grandes monopolios exportadores, para seguir devaluando nuestros salarios y enriquecer a los grandes empresarios (ya valen la mitad de lo que valían en dolares hace 2 años), para todo eso Macri le pide al pueblo “un esfuerzo más”.

“Tenemos que ir más rápido”, dijo hoy Mauricio Macri en su discurso.
Lo que no dice, y está cada vez más claro para el pueblo, es que al final del camino está la pared de la pobreza de las grandes mayorías, el desempleo, los salarios miserables, la falta de salud para todos, y la ruina de la educación, para que sigan ganando unos pocos. Lo que no dice en definitiva es que quiere que aceleremos justo antes de estrellarnos.

Pero el pueblo argentino tiene fuerza y experiencia para pararle la mano a estos saqueadores que gobiernan para los de arriba y los de afuera a las órdenes del FMI.
Vamos por la más amplia unidad multisectorial por un paro nacional activo, para sumar fuerzas en el camino de imponer una politica al servicio del pueblo para lo que se necesita otro gobierno.

Una política que defienda verdaderamente al peso argentino, con una reforma monetaria que elimine la especulación financiera y oriente el uso del dinero y las monedas extranjeras hacia la producción agraria e industrial nacional diversificada, su desarrollo y el bienestar del pueblo