En Villa Gobernador Gálvez, Euro Plus —antes Euro S.A.— no es solo un frigorífico. Es un símbolo de cómo el capital financiero especulativo arrasa con la producción real, precariza trabajadores y opera en redes financieras opacas que nadie termina de entender. Ayer, los trabajadores tomaron la planta. No fue un acto aislado: es la respuesta a años de despidos masivos, precarización laboral y al uso de la empresa como herramienta para especular, lavar dinero y operar con maniobras financieras cuestionables.
Investigaciones periodísticas (*1) muestran que Guillermo Nicolás Salimei, vinculado a Euro, mantiene relaciones financieras con la familia Nisman: en 2014 transfirió U$S 100.000 a una cuenta abierta en 2002 por la madre y la hermana del fallecido fiscal Natalio Alberto Nisman en un banco de Estados Unidos, donde también figuraba como titular Diego Lagomarsino y como apoderado el propio fiscal Nisman. Parte del dinero provenía de su participación en la firma estadounidense Las Tierras USA. Salimei se presenta en la planta como hijo del propietario y comparte sociedades con directivos de Euro en varias empresas, junto a Juan Pablo Jarvis y Marcos Casanegra. Salimei y los Lequio estuvieron asociados en negocios agroindustriales: en su ADN parece primar la especulación por sobre la producción y el empleo.
Euro Plus arrastra un historial que no se puede ignorar: desagües clandestinos, pileta de decantación al aire libre que inunda la calle, sanciones por contaminación del Arroyo Saladillo y multas por falsificación de exportaciones. Anuncian “nueva estructura de capital”, pero nadie sabe quiénes son sus verdaderos dueños. La caída de la producción habla más de movimientos especulativos que de problemas de mercado.
El patrón es claro: no buscan producir, sino ganar dinero a toda costa. Usan la empresa para lavar dinero, especular y estafar al Estado y a la sociedad. Los trabajadores pagan el precio: despidos, precarización y condiciones indignas.
Por eso, la toma de la planta no es un acto cualquiera: es un gesto de dignidad y coraje. Los obreros defienden la producción local frente a la voracidad del capital financiero, frente a importaciones que destruyen la industria nacional y frente a la especulación que devora empresas y empleo. Defienden un modelo económico que priorice lo real sobre lo financiero, la fuerza del trabajo sobre el poder del dinero.
Euro Plus no es un caso aislado. Es la punta del iceberg de cómo la especulación y la opacidad financiera desplazan la producción, precarizan al trabajador y depredan el medio ambiente. La defensa de los trabajadores es, a la vez, la defensa de la industria, del empleo digno y de la soberanía nacional.
Saludamos la valentía de quienes ayer tomaron la planta. No luchan solo por un salario: luchan por un país donde la producción, el trabajo y la comunidad tengan valor.
Frente a esta amenaza a la producción local, llamamos a toda la comunidad a unirse: vecinos, Concejo Deliberante, Municipalidad, entidades intermedias y organizaciones sociales. Esta es una lucha de todos: por la industria, por el empleo, por el territorio.
¡No a los despidos en Euro! ¡Sí a la producción local, al empleo digno y a la soberanía industrial!
PCR VGG
