La Industria Argentina, desarrollada fundamentalmente a partir de la sustitución de importaciones en los períodos de crisis y posguerra, encontró a partir de la orientación industrialista desde el Estado del primer gobierno peronista un crecimiento sin igual.

La industria automotriz, los grandes astilleros, los talleres ferroviarios, la industria de electrodomésticos y tantas más, emplearon a millones de hombres y mujeres, arrojando como efectos directos y casi inmediatos el pleno empleo, el crecimiento de los salarios, el crecimiento del mercado interno, situación que otorgado a la Argentina un rasgo de mayor independencia en materia industrial. “El Primer Gobierno Justicialista pudo financiar durante algunos años y profundizar el desarrollo industrial mediante la monopolización del comercio exterior agropecuario a través del IAPI, redistribuyendo el ingreso para financiar e impulsar la Industria”, Horacio Ciafardini .

Hoy, de las 500 empresas más grandes de Argentina, el 70% son extranjeras. Los problemas que sufre nuestro pueblo, desempleo, pobreza, inflación, etc. no son nuestro triste destino sino el saldo que nos dejan los monopolios imperialistas que se llevan las riquezas que producimos.

Hoy más que nunca necesitamos del gobierno políticas que impulsen el crecimiento y desarrollo de la industria nacional, porque sin Industria Nacional no hay SOBERANÍA.