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23 de marzo de 2022

Bajossubmeridionales  Terratenientes 

Los Bajos Submeridionales en peligro

Avanza sin límites el modelo agroexportador en una Argentina sin fronteras para el saqueo  Por Facundo Retamoza Funcionarios en Reconquista anunciando la canalización de un millón y medio de hectáreas de humedales En medio de un país  incendiado por la voracidad terrateniente con una provincia como nuestra querida Corrientes con 800.000 ha prendidas fuego, el […]

Avanza sin límites el modelo agroexportador en una Argentina sin fronteras para el saqueo

 Por Facundo Retamoza

Funcionarios en Reconquista anunciando la canalización de un millón y medio de hectáreas de humedales

En medio de un país  incendiado por la voracidad terrateniente con una provincia como nuestra querida Corrientes con 800.000 ha prendidas fuego, el pasado 10 de febrero en la Sociedad Rural de Reconquista el gobierno nacional junto al de Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe anunciaron con bombos y platillos que los argentinos perderemos un millón y medio de hectáreas pertenecientes a los Bajos Submeridionales. Un hecho que pone en riesgo uno de los humedales más grandes de nuestro país, ante una bajante histórica del río Paraná y una crisis climática sin precedentes.

“La zona de los bajos submeridionales requiere de esa inteligencia que tenemos que tener como sociedad para ver cómo resolvemos un problema estructural que tiene que ver con las lluvias, con las inundaciones, no es culpa de nadie, es el mundo, es el cambio climático.”

Wado De Pedro, Ministro del Interior.

¿Qué son los bajos submeridionales y cuál es su importancia?.

Estamos hablando de una región única que tiene una extensión de 3,3 millones de hectáreas, abarcando parte del norte de la provincia de Santa Fe, el sur de la provincia del Chaco y el este de la provincia de Santiago del Estero. Expresa el 21% del territorio santafesino en el cual la flora y la fauna conforman un ecosistema que contiene diversidad de especies, incluidas algunas que se encuentran en peligro de extinción como el aguará guazú, el venado de las pampas y el águila coronada. A tal punto que Aves Argentinas y BirdLife International los declararon “área importante para la conservación de aves” al haber identificado poblaciones de especies amenazadas y una gran concentración de aves acuáticas.

En tensión permanente con la gran propiedad terrateniente, que ha aumentado sideralmente en las últimas décadas, este territorio ha sido modificado por infinidad de canalizaciones clandestinas que a lo largo de los últimos años han ido distorsionando su normal ciclo de inundaciones y sequías, volcando gran cantidad de las aguas que cubrían sus planicies al río Salado. Uno de los hechos más recordados  vinculado al aumento extraordinario de su caudal es la inundación de Santa Fe en el año 2003, que al confluir con el no cierre de las defensas provocó el desastre más grande en la historia de la ciudad dejando a casi la mitad de la población literalmente bajo el agua.

Canalizar definitivamente los bajos submeridionales ha sido el gran objetivo de un puñado de latifundistas que se fueron quedando con regiones enteras del norte santafesino (algunas estancias en el departamento Vera incluyen  pueblos) y reclaman hace años la valorización de sus tierras. Un inmenso negocio inmobiliario  que solo se puede explicar por la intervención del capital financiero internacional que ha aterrizado en nuestra provincia de la mano de magnates como el húngaro-estadounidense George Soros (+75.000 ha), el italiano Ianossi  (+100.000 ha) o las familias Werthein y Elstain (+ 60.000 ha) vinculadas al imperialismo ruso, por poner algunos ejemplos.

Pese a una importante cantidad de pedidos de informe realizados por distintos diputados y diputadas de Santa Fe sobre estudios de impacto ambiental ante las imponentes obras que se anuncian, el Estado se ha dedicado exclusivamente a dar respuesta a las entidades ruralistas . Este deliberado silencio cobra mayor gravedad cuando corroboramos que ni siquiera el 1%  de este ecosistema está incluido dentro de reservas legales o regiones a conservar.

Así se manifestaban el 2/8/2019 las Sociedades Rurales de Vera, Reconquista y Tostado, Corenosa, Coninagro, UAA, Carsfe y el Colegio de Ingenieros Agrónomos 3° Circunscripción en la misma Sociedad Rural de Reconquista, donde hace días se anunció el inicio de las obras de canalización de los bajos submeridionales.

El Litoral

“Hoy todavía hay un millón de hectáreas con un metro de agua y desde Hidráulica de la provincia dicen que no se puede tocar nada porque es un humedal.  Hicimos gestiones ante la provincia, pero nos respondieron que se trata de un humedal cuando es un plano inclinado y si no llueve el agua se va.”  “Ahora ya comenzaron a aproximarse al gobernador electo, Omar Perotti, “para saber quién será autoridad de Hidráulica, desde donde nos cortaron el teléfono hace cuatro meses”.

Otra vez los espejitos de colores

Setenta millones de hectáreas se han desmontado en los últimos 20 años en América del Sur bajo la promesa de que el aumento de la producción de materias primas y alimentos para exportar al mundo salvaría a nuestros pueblos. Al día de hoy el 50% de la Argentina es pobre afectando incluso a 3 de cada 10 trabajadores, realidad que no difiere demasiado del resto de nuestro sub continente.

Una promesa que trajo consigo una fenomenal destrucción del ambiente y los ecosistemas en los que vivimos que nos están condenando a crisis climáticas cada vez más severas con consecuencias como la pandemia del Covid 19, la bajante histórica del Paraná, las inundaciones o los incendios. Pero que además ha hecho desaparecer economías regionales enteras, condenando a la expulsión del campo a miles de pequeños productores, campesinos y pueblos originarios.

 

Un extraordinario negocio en el cual se asocian necesariamente 3 sectores: Monopolios imperialistas que controlan los puertos, los bancos, la maquinaria agrícola, la genética, etc. La burguesía intermediaria que representa y defiende esos intereses desde las oficinas locales de esas multinacionales, cámaras e instituciones del sector agroexportador (algunos llegan a ocupar despachos de los ministerios). Y la oligarquía terrateniente que opera fundamentalmente como factor interno que subordina y condena a los pequeños y medianos campesinos a un modelo de monoproducción basado en un altísimo valor de la tierra, gran escala y alta inversión de capital en tecnología e insumos

Nada puede escapar a la lógica que imponen porque la mayoría de los programas políticos de las fuerzas gobernantes han claudicado ante esta alianza y han demostrado no estar dispuestas a tocar ni uno solo de sus privilegios. Dominan integralmente nuestro comercio exterior quedándose con el 80% de los dólares que ingresan a nuestro país a través de los puertos privados (en su mayoría extranjeros), el control de nuestro río Paraná y toda la flota mercante (buques y barcazas) por donde circulan y se transportan nuestras riquezas.  Nos han convertido, en palabras de Marx, en una «semicolonia»: un país que es oficialmente una nación independiente y soberana, pero que en realidad es dependiente y dominada por otros países.

Según el último Censo Agropecuario, en los últimos 18 años ha desaparecido el 30% de los establecimientos de nuestra provincia, casi en su totalidad (95%) unidades productivas de entre 5 y 500 ha. Como contracara de esta realidad aumentó la concentración de la tierra en pocas manos: 2.044 terratenientes concentran el 50% de la tierra agrícola ganadera y dentro de ellos 192 son dueños de más de un millón de ha. Esto sin contar aquellas que se apropian ilegalmente como en la zona de islas, de las cuales deliberadamente existen escasos registros catastrales.

En el departamento Vera, por ejemplo, donde los bajos sub meridionales ocupan el mayor porcentaje de territorio,  apenas el 4% de los propietarios de la tierra concentra casi el 40% de la superficie productiva.

 

Nucleados en entidades que ofician de voceras del poder real, utilizan sus congresos para dejar en claro que son quienes planifican y organizan la producción y exigen al Estado que acompañe. El ejemplo más claro y cercano es el Consejo Agroindustrial Argentino, órgano representativo de estos intereses, que ha diseñado el plan económico para los próximos 10 años. Sintetizado en un proyecto de ley que aprobaron la mayoría de los bloques, plantea el financiamiento de obras que permitan pasar a producir el doble de la actualidad, más de 200 millones de toneladas de granos, bajo el mismo modelo que ha excluido, empobrecido y contaminado nuestro país.

En ellas se ocultan muchos de los que han estafado a la provincia de Santa Fe y a la nación Argentina como  la familia Padoán (ex CEO de Vicentín y Friar), la familia Capozzolo (terrateniente que amasó su capital con la dictadura), la propia familia Vicentín, la familia Nardelli (socio en los negocios con Padoán y Vicentín) por nombrar solo algunos de los que ocupan cargos de dirección en las entidades mencionadas.  Los mismos a los que el pueblo aún les pide explicaciones por la fuga, la entrega y el saqueo de Vicentín, por ejemplo, son los que se dan el lujo de exigir en qué deben convertirse los Bajos Submeridionales.

Alberto Padoán (Ex Ceo de Vicentín) inaugurando una sede del Consejo Regional Económico del Norte santafesino

Tierra arrasada, para ellos todo, para el pueblo nada

El Gobernador Perotti anuncia la canalización de los Bajos Submeridionales, Sociedad Rural de Reconquista 10/2/2022

“En primer lugar quiero agradecer a los dueños de casa por facilitarnos estas instalaciones, por permitirnos tener aquí una jornada de trabajo… muchos de los que aquí están han participado de muchas reuniones, han escuchado propuestas durante muchos años, todos deben tener una lectura de que les volvemos a traer un acuerdo que ya firmaron un montón de veces, pero quienes venimos recorriendo el norte santafesino hace mucho tiempo teníamos claro que a ninguno de ustedes podíamos volver a decirles esas cosas… Teníamos claro que lo que debíamos hacer era generar el consenso entre los 3 gobernadores y el gobierno nacional para resolver un problema de todos los argentinos como es tener 5 millones y medio de hectáreas no aprovechadas en su potencialidad… Esto les permite hoy a las instituciones sentir que muchos de sus planteos son escuchados y se van materializando” 

Hoy uno de los humedales más grandes de nuestro país está en  manos de los que han condenado al norte de nuestra provincia a ser un paraíso para sus grandes estancias y negocios y el infierno para quienes aún resisten la expulsión y la pobreza. Desde el genocidio y robo de tierras, como sostiene el escritor Oscar Ainsuain, pasando por la Forestal y llegando a Vicentín, el saqueo ha sido permanente y casi siempre bendecido por el Estado. En Argentina reina soberano el capital monopólico imperialista y el latifundio.

Los planes de “recuperar” los bajos submeridionales anunciados por el gobierno nacional y las provincias de Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero vuelven a generarnos dos preguntas que retumban a lo largo de la historia de nuestro condenado norte: ¿Recuperar para quiénes? ¿Recuperar para qué?

Sostiene Luciano Orellano en el libro “Argentina Sangra por la barrancas del río Paraná”

«Hay un núcleo de intereses coincidentes de la clase terrateniente hegemónica (que opera como factor interno principal), la burguesía intermediaria y los imperialismos. Esta es una sociedad y una alianza de proporciones inimaginables. Una alianza del capital financiero monopólico (es decir la oligarquía financiera), concentrado en pocas manos, que ha dado origen a una red extraordinariamente vasta de densas relaciones y vínculos y que ha subordinado a sus intereses a amplios sectores de la burguesía agraria y rural, y expulsado a miles de sus tierras. Buscan profundizar una economía agroexportadora subordinada, dependiente y de extrema especialización y una integración al mercado mundial de carácter unilateral. Todo se reduce en lo fundamental a la extracción de productos primarios y a un escaso desarrollo industrial, solo con la excepción de aquello que necesita tomar lo mejor de la ciencia (genética animal y vegetal, semilla, fertilizantes, químicos, agroquímicos, siembra directa, etc.).»

Como ejemplo solo hay que mirar lo que significó la instalación hace 20 años de la multinacional

Adecoagro en la localidad de San Joaquín, a escasos 20 km de la ciudad de San Javier. Un latifundio del húngaro-norteamericano Jorge Soros que avanzó sin límites con el desmonte para poner en producción más de 30.000 ha de arroz y que hoy, a la luz de los hechos, lo único que ha dejado son multimillonarias ganancias a costa de un pueblo que convive con un 60% de desocupación estructural. En el que el 90% de los técnicos agrarios que se reciben en la escuela Nº 377 de dicha localidad terminan trabajando de policías en Santa Fe o Rosario. Colonia Mascias tiene 1.321 habitantes.

 

Es imposible que avance un proyecto que recupere la soberanía sobre nuestros territorios, que permita decidir qué producir y de qué forma hacerlo, que garantice el bienestar de nuestros pueblos y nuestro ambiente, sin ponerle limites a los que se adueñaron de más de la mitad de nuestras tierras y controlan las palancas claves de nuestra economía.

Miembros de la Federación Nacional Campesina de Colonia Mascias, Departamento Garay, trabajando la única hectárea que les fue prestada por la comuna para producir

Pensar un nuevo modelo productivo de la mano de estas clases a expensas de lo que ya nos han saqueado, es por lo menos ingenuo. Por eso se hace necesario levantar más alto que nunca las banderas de SOBERANÍA sobre nuestro territorio, como vienen demostrando los pueblos de Chubut, Rosario o los pueblos de la Costa Atlántica. Por el camino que venimos recorriendo para recuperar nuestro río Paraná, la lucha por conocer y defender nuestros humedales es parte integral de la construcción de un nuevo modelo que contemple los sueños de los sin tierra, los «nadies» que han sido despojados de todo.

 

 

 

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