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08 de marzo de 2017

8 de marzo 

El origen del 8 de marzo

¿Por qué el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora? No hay una sola respuesta a esta pregunta. Durante muchos años se creyó que esto obedecía a que un 8 de marzo de 1908, 127 obreras de la fábrica Cotton en Nueva York murieron quemadas, encerradas por el patrón durante una […]

¿Por qué el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora?

No hay una sola respuesta a esta pregunta. Durante muchos años se creyó que esto obedecía a que un 8 de marzo de 1908, 127 obreras de la fábrica Cotton en Nueva York murieron quemadas, encerradas por el patrón durante una huelga.
En realidad, el incendio ocurrió, pero en 1911, un año después que la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, capital de Dinamarca, entre el 25 y el 27 de agosto de 1910, proclamara la necesidad de un día internacional de la mujer. Fue el 25 de marzo de 1911, en la fábrica Triangle Shirtwaist Factory de Nueva York, y murieron calcinados 146 obreras y obreros.

Un largo camino

Las obreras fueron la vanguardia en muchas luchas que ayudaron al desarrollo del movimiento obrero en el siglo 19 en Europa, Estados Unidos y en nuestro país. Distintas fuentes, buscando el origen del 8 de marzo mencionan luchas como la del sindicato de costureras de la Compañía Textil de Lower East Side de Nueva York que el 8 de marzo de 1857 marchó reclamando por una jornada de trabajo de 10 horas, y fueron reprimidas por la policía, con muertas y heridas entre las manifestantes. Otros remiten a marzo de 1867, cuando se realiza una huelga de planchadoras de cuellos de la ciudad de Troy en Nueva York. Ya comenzado el siglo 20, se menciona el 8 de marzo de 1907, cuando las obreras textiles neoyorkinas reclamaban por “Salarios dignos”, “Jornada de diez horas”, guarderías y “el derecho al voto”.

La resolución de las mujeres socialistas en Dinamarca, como fundamentó la presidenta de la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, la revolucionaria alemana Clara Zetkin fue “siguiendo el ejemplo de las compañeras americanas”, que ya venían celebrando un “Día de la Mujer” (Woman’s Day). El primero del que se tiene registro es del 3 de mayo de 1908, en el teatro Garrick de Chicago.

Luego de 1910, las jornadas por los derechos políticos y sociales de las mujeres trabajadoras se realizaron en distintas fechas. El 8 de marzo de 1914, ya con la primera guerra mundial en ciernes, miles de mujeres salieron a las calles reclamando por sus derechos y oponiéndose a la guerra, en Alemania, Dinamarca, Suecia y otros países europeos.

La guerra provocó el desbarranque traidor de la mayoría de los partidos socialistas, que apoyaron a las burguesías de sus respectivos países. Un pequeño sector revolucionario encabezado por Lenin, en el que militaban mujeres como Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo y Alejandra Kollontai, se mantuvo firme en los principios y vinculó la lucha de las mujeres con la denuncia de la guerra interimperialista.

El “Día de la obrera”

El mérito de difundir en todo el mundo esta jornada el 8 de marzo corresponde a las mujeres comunistas. El naciente Estado soviético, en 1922, decretó que en la URSS el 8 de marzo era “el día de la obrera”, recordando el levantamiento de las mujeres de Petrogrado el 8 de marzo de 1917 (23 de febrero en el antiguo calendario ruso) –que salieron a las calles demandando “pan para nuestros niños” y “el retorno de nuestros esposos de las trincheras”– que dio inicio a la Revolución de Febrero de 1917.

Con ese carácter, de Día Internacional de las mujeres trabajadoras, los partidos comunistas de todo el mundo, al menos durante las décadas del 20 y del 30, impulsaron la realización de jornadas unitarias por los derechos de las mujeres en distintos países.
Recién en 1975 las Naciones Unidas toman el 8 de Marzo y le dan el carácter de “Día de la Mujer”. Hoy, en muchos países incluso el nuestro, las clases dominantes y el gobierno intentan desvirtuar el carácter de lucha de esta jornada.

Debates sobre el contenido

Dentro del movimiento de mujeres estuvo en debate también el contenido de la jornada del 8 de marzo. Hubo diferencias públicas entre las mujeres de los partidos socialistas y el movimiento de mujeres sufragistas, particularmente en Estados Unidos. Mientras las primeras extendían los reclamos a un conjunto de derechos políticos y sociales, las segundas se limitaban a pelear por el voto femenino. Tan es así que en la Primera Conferencia Internacional Socialista de Mujeres, realizada en la ciudad alemana de Stuttgart en 1907, se sacó una resolución contra las alianzas de las socialistas con las sufragistas. Esto cambió a los pocos años.

Resumiendo este debate entre reformistas y revolucionarias, Alejandra Kollontai, comisaria del pueblo de Asuntos Sociales y de la Mujer en el primer gobierno soviético presidido por Lenin en 1917 afirmó: “Sólo con el derrocamiento del capitalismo y el establecimiento del poder soviético pueden salvarse de un mundo de sufrimiento, humillaciones y desigualdad que hace la vida de las trabajadoras en los países capitalistas muy pesada”.

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